Actualmente se pueden prevenir eficazmente la mayoría de las principales enfermedades infecciosas y parasitarias caninas , siempre y cuando se aplique la medicina preventiva.
Son afecciones provocadas por parásitos externos.
Pulgas
Son insectos sin alas que se encuentran esencialmente en los lugares frecuentados por el perro. Las pulgas son muy prolíficas , solo el 5% de las pulgas está presente en el pelo del animal el 95 % restante se encuentra en el ambiente en forma de huevos , larvas y pupas.
Las pulgas no solamente producen prurito en el perro , sino que pueden desarrollar patologías de piel como la dermatitis alérgica a la picadura de pulga , son transmisoras de parásitos y algunas bacterias.
La aplicación de pipetas y el baño con productos adecuados , junto al tratamiento del ambiente fumigando y aspirando , es la forma de erradicar a este parásito externo.
Garrapatas
Son ácaros de gran tamaño .
La garrapata se engancha a la piel del perro, preferentemente donde esta es mas fina.. Tras introducir sus piezas bucales en la piel, inocula una saliva particular que se solidifica formando una zona de fijación muy resistente. La garrapata puede alimentarse entonces con la sangre del perro , lo que está facilitado por la inyección de una saliva con propiedades anticoagulantes y vasodilatadoras. Tras un período de vida parasitaria sigue una fase de vida libre, que depende de las condiciones del medio externo.
Las garrapatas producen irritación en el lugar de fijación.
Si hay una infestación masiva el animal puede presentar una anemia severa.
Por otro lado son transmisoras de distintos agentes patógenos productores de enfermedad tanto en los animales como en el hombre.
La prevención con pipetas y baños es fundamental para evitarlas.
Los parásitos internos pueden alojarse en el esófago , estómago , intestino corazón , pulmón y riñón.
Generalmente conviven en estrecha relación con el perro , muchas veces sin manifestar síntomas hasta que por alguna razón bajen las defensas del animal , o la carga parasitaria sea alta.
La desparasitación cada 4 a 6 meses preventiva es lo que hay que mantener como rutina.
El cachorro recibe una primera inmunidad de su madre gracias a los anticuerpos contenidos en el calostro. Estos se transmiten durante las primeras horas de vida al mamar, siempre y cuando la madre tenga una buena inmunidad. Estos anticuerpos maternos desaparecen entre la cuarta y decimooctava semana de vida , y el cachorro no estará protegido si no se recurre a la vacunación. Asi durante las primeras semanas , el cachorro solo puede combatir las infecciones por medio de los anticuerpos que le ha transmitido su madre.
Es aconsejable vacunar al perro contra todas las enfermedades infecciosas que pueden ser fatales a partir de los 45 días de vida.
Moquillo canino , Parvovirosis , Coronavirosis, Hepatitis, Leptospirosis y Rabia.
Una vez completo el plan de vacunación a los 4 meses, la revacunación se realiza en forma anual.
El medico veterinario acompañará a su paciente a lo largo de su crecimiento , su vida adulta y la tercera edad.
Cuando un animal es cachorro , se evalúa el peso , el crecimiento , los aplomos, así como el estado de nutrición para un buen desarrollo.
La etapa del animal adulto , entre el año y los 6 años , en general es una etapa tranquila donde el veterinario aprovecha las fechas de vacunación y desparasitación para evaluar el estado de salud.
A partir de los 7 años , se inicia la tercera edad donde se complementa la evaluación con algunos estudios de rutina como análisis de sangre , electrocardiograma, radiografías y ecografías.
La cooperación de los propietarios en el manejo preventivo ayuda considerablemente a mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes y prolongar los años felices.